Anécdota: ¡No saques la cabeza!

Eran las 12:40 aproximadamente de un domingo de Mayo. Aunque el invierno esté naciendo, el eterno calor de Piura me bañaba en sudor. Iba de pie en un bus con destino a Catacaos dónde mi familia me esperaba para almorzar en 'El Ganso Azul'.

El bus se detenía cada vez que bajaban personas en el transcurso del camino. La puerta se abría y se cerraba cada 5 minutos. La experiencia anecdótica comienza cuando dos señoras bajan del auto con sus dos bolsas llenas de frutas o verduras y me doy cuenta que había una tercera bolsa debajo de sus asientos.

Sin algún tiempo para pensar algo lógico y menos absurdo saco la cabeza del bus por la puerta donde salieron las señoras para avisarles y la puerta se cierra velozmente. Estaba atrapado.

- ¡Hey abran la puerta!
- ¡Abran atrás!
- ¡Chofer abre atrás!
- ¡Detengan el bus!
- ¡Abran la puerta de atrás!
- ¡Abre atrás!

Las personas lanzaban miles de exclamaciones para que pueda liberarme. Estaba asustado. Fueron aproximadamente 6 segundos de desesperación mientras intentaba abrir la puerta con mis manos o al menos detener aún la fuerza del impacto. Me dolía la mandíbula.

Después de que el chófer abrió la puerta para liberarme, la gente me hacía preguntas mostrando preocupación mientras otros intentaban ocultar su risa burlona. No los juzgaba, sabía que lo que había hecho fue estúpido y me lo gané.

- ¡¿Por qué sacaste la cabeza muchacho?!
- Hay una bolsa ahí y creo que es de las señoras que bajaron.
- No, esa es mía -
- Ah...

Sobandome la mandíbula y sientiendo crujidos dentro de ella, llegué al restaurante dónde me esperaba mi familia con un ceviche de cabrillón y les conté lo sucedido mientras de fondo sonaba la -irónica- canción de Eva Ayllón:

"Saca las manos, saca los pies y saca la cabeza..."

- No Eva, no saques la cabeza si no la quieres perder.

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